SOLUCIONES PARA LOS TAXIS
- cruzjoseph407
- 19 dic 2018
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Igualmente se han planteado propuestas para mejorarlo: carnetizar a los choferes, instalarles el sistema de recibos, aumentar las tarifas en las horas de tráfico lento y muchas otras.
Pero la verdad es que sin que se dé solución a la raíz del embrollo, jamás se logrará mejorar este importante servicio público.
Según Oscar Lara, sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia, la informalización de esta actividad es la base fundamental de toda la problemática.
Los taxistas, en su mayoría, han llegado a prestar esta función por varias causas, todas ajenas a la voluntad de ofrecer un servicio de calidad.
Lo anterior tiene como sustento dos pilares fundamentales: el desplazamiento de trabajadores de otras actividades productivas y la falta de vacantes para buena parte de los cientos de profesionales universitarios que se gradúan cada semestre.
En ambos casos se genera un proceso de desadaptación social, puesto que, tanto el uno como el otro son arrastrados a un modelo económico informal, sin ninguna protección ni cobertura social por parte del Estado.
De ahí que se desarrolle una guerra por el centavo, la adulteración de los taxímetros, el rebusque y, en definitiva, el mal servicio que necesariamente conduce al abuso del consumidor.
Mientras el Estado, continuó Lara, no regularice este oficio, mediante políticas claras de protección social, servicios de salud, calificación, capacitación y acuerdos entre los propietarios de los carros, las empresas y el mismo gobierno, jamás se logrará mejorar el sector de los taxistas.
Las autoridades proponen Según la Secretaría de Tránsito y Transportes de Bogotá, en la ciudad existen 55.000 taxis, cuya edad promedio es de 5 a 10 años.
Ese número de vehículos está afiliado a 49 empresas debidamente autorizadas, aunque funciona un número indeterminado de vehículos piratas.
A propósito de las protestas que a principios de año se produjeron en torno a este gremio, la STT preparó un proyecto de Plan de Desempeño, por medio del cual se le dará una nueva concepción al servicio de taxis.
El plan propone establecer el sistema de Centros de Demanda, en el que el acceso del usuario se hará en centros comerciales o áreas públicas establecidas por la autoridad de tránsito para su operación.
Dichos puntos tendrán casetas con sistemas computarizados, con el fin de brindar al pasajero el servicio de liquidación anticipada de la tarifa, que le permita conocer el valor del servicio y cancelarlo en caja.
La operadora del sistema expedirá un tiquete en el que se indicará el destino, el valor cancelado por el servicio, la forma de pago, la identificación del vehículo que lo va a llevar, el nombre del conductor, placa y número interno del taxi; una parte del tiquete se le entregará al conductor para el reembolso posterior.
Con esta medida, el vehículo rota a través del sistema, con lo que se reduce en el 10 por ciento el desplazamiento sin ingresos, disminuyendo así los costos operativos y aumentando el número de servicios y la rentabilidad en aproximadamente el 40 por ciento.
Otras estrategias para mejorar el servicio son el sistema por monitoreo, el sistema por tiqueteras y la liquidación vía radioteléfono del costo de la carrera, por parte de la central.
De igual forma, se pretende capacitar al conductor y evaluar su desempeño mediante la habilitación de una línea telefónica en cada empresa de taxis, en la que se lleve el registro de los infractores.
Hablan los taxistas Sin embargo, no se ve en el horizonte la solución a la insuficiencia de automóviles en las horas pico.
Sucede que en ese lapso, es más lo que permanece detenido el taxi que lo que efectivamente transita y, en consecuencia, se pierde dinero por mantener la máquina encendida.
Para evitar ese costo, los taxistas guardan sus vehículos hasta que el tráfico se desatasque, pero provocan la crisis de transporte en los usuarios.
Al respecto, Jorge Guevara, presidente de una de las principales compañías de taxis de Bogotá, afirma que no solo es el costo de mantener funcionando el carro a esas horas, sino que se une el costo financiero lo que obliga a que el servicio no sea idóneo.
Como solución propone el establecimiento de un medidor de tiempo, que ajuste la tarifa que se cobra al lapso que conlleva transportar un pasajero en el denso tráfico capitalino.
Las empresas en general han comenzado a depurar su base productiva al carnetizar a sus conductores, brindarles capacitación en relaciones humanas y prestarles asistencia social mediante el esquema de las cooperativas.
Sin embargo, en cuanto al porte de armas, Guevara dice que les es imposible controlar esa costumbre, puesto que el tiempo en el que el taxista trabaja, bien puede recogerla en cualquier sitio.
No obstante, los cursos de relaciones humanas pretenden bajar el nivel de agresividad de los conductores.
Por otra parte el entrevistado dijo que el servicio de taxi no debe considerarse como popular sino suntuario y en consecuencia las tarifas no debieran reajustarse de acuerdo con el IPC (índice de precios al consumidor), sino con base en el promedio de los incrementos de los insumos para su movilización, como las llantas, los aceites, la mano de obra de los talleres, etcétera.
Mientras las autoridades, las empresas, los afiliados, los conductores y los usuarios se ponen de acuerdo, pueden pasar mucho años, pero de lo que sí no hay duda es que el taxista es un ser humano como cualquier otro y, en consecuencia, merece todo el respeto y comprensión de parte de los demás conciudadanos.
Pasajeros - Como medida de control, las empresas establecieron líneas directas en las que se pueden dejar las quejas en cintas magnetofónicas que, posteriormente, las directivas meterán en cintura al chofer abusivo y le obligarán a reparar el inconveniente.
- Si aborda un taxi en la calle, exija que pongan a funcionar el taxímetro. De lo contrario, se expone al abuso.
- Si solicita el servicio por teléfono, exija que le den el número del móvil que lo va a recoger. Con esto, podrá hacer reclamaciones más fácilmente, si hubiera lugar a ello.
- Si quiere que el taxista lo respete, trátelo con respeto.
- Los taxistas evitan ir a los sitios periféricos de la ciudad, por cuestiones de seguridad y de tiempo. Pero si se le solicita con amabilidad, es posible persuadirlo.
Fuente: eltiempo.com



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